miércoles, 29 de enero de 2020

La inevitable muerte

Aunque todos sabemos que la muerte es inevitable, sólo mentarla genera miedo. En ocasiones, afrontarla resulta un trance muy difícil. De ahí el valor del programa para la Atención Integral a las personas con enfermedades avanzadas y sus familias que impulsa la Obra Social de La Caixa en Asturias. Su coordinadora, Rocío García, desvela sus líneas maestras. 

Rocío García
Foto: Omar Antuña


Rocío García (Teverga, 1990) sabe muy bien lo que es el dolor y afrontar los momentos más duros de la vida. Y por experiencia propia porque la misión de esta trabajadora social es coordinar un equipo multidisciplinar que forma con cuatro psicólogas en el programa para la atención integral a las personas con enfermedades avanzadas y su familias que impulsa la obra social de La Caixa en Asturias. Su trabajo fue el centro de la conferencia que ayer ofreció en la sede de la Asociación de discapacitados físicos de Avilés y comarca (Difac).
-¿Cuándo establecen ustedes relación con el paciente?
-Cuando el pronóstico sobre la evolución ya se ha confirmado. Pueden ser unos pocos días o semanas. Hablamos de un pronóstico de vida inferior a un año.
-¿Cómo se establece la relación?
-Nosotros trabajamos con un convenio de colaboración con el Servicio de Salud del Principado de Asturias. Los equipos de paliativos nos reclaman cuando entienden que debe haber una derivación.
-¿El convenio permite que lleguen a toda Asturias?
-Con el equipo que tenemos atendemos a pacientes del Monte Naranco y cuidados paliativos a domicilio en Oviedo. Acabamos de firmar para el Área de Gijón y también para Mieres, con los equipos de atención a domicilio. Además tenemos un acuerdo con la Cruz Roja para su hospital de Gijón.
-¿Cuándo llegarán a Avilés?
-De momento no lo tenemos previsto. Necesitaríamos ampliar nuestro equipo.
-¿Su apoyo se limita al paciente?
-No. Es una mirada integral y nos dirigimos al paciente, a la familia y a su entorno, a todas las personas para las que es importante.
-¿Qué apoyos ofrecen?
-Es una atención total a sus necesidades. Hay personas que solo necesitan compartir, pero en otros casos hay que reorganizar los cuidados y pueden necesitar una residencia temporal. Hay cuestiones más complejas, como pueden ser repatriaciones, o retomar el contacto con familiares con los que no se hablaban desde hace tiempo.
-O sea, una visión integral.
-Sí. Existen cuatro aspectos de atención. La dimisión física la asumen los médicos, nuestra labor se centra en lo social, psicológico y espiritual, donde, respetando a la persona, se atiende a sus necesidades.
-¿Qué es lo más duro?
-Conocer tan a fondo la vida de las personas, darse cuenta de ese sufrimiento. Desconectar es lo más difícil. Cuando una persona fallece, a las dos horas igual tienes que abordar otra situación similar.
-¿Cómo se cuidada el equipo?
-El proyecto es impulsado por la obra social de La Caixa y contamos con un psicólogo que nos hace un seguimiento. Viene un par de veces al año a Asturias. Entre nosotras nos cuidamos y también existe un trabajo personal, porque no puedes acompañar a una persona a determinados lugares si antes no has llegado a ellos. Cada una también cuenta con un psicólogo de apoyo.
-¿El apoyo a la familia sigue en el duelo?
-Se les apoya en la medida de sus necesidades. Se lo ofrecemos en ese momento y en el futuro. Hay familias que después de un año demandan ese apoyo. No existen píldoras mágicas para superar un duelo. Cada persona lo atraviesa de manera diferente.

Entrevista publicada en LA VOZ DE AVILÉS-EL COMERCIO 
el 29 de enero de 2020

No hay comentarios:

Publicar un comentario