jueves, 13 de diciembre de 2018

No todo son las pastillas

Aunque nadie puede negar la importancia de la medicación, siempre existe el riesgo de sobremedicarse, de abusar de las pastillas más allá de lo adecuado. La doctora Belén García Busto (@Belengato) y el farmacéutico Luis Sánchez Álvarez advierten de estos peligros. 


Belén García Busto, Enrique González y Luis Sánchez Álvarez.
Foto: Marieta
Se encuentran en todas las casas y se consideran el camino para la salud; sin embargo la utilización de los medicamentos implica cierta complejidad que ayer abordaron la doctora Belén García Busto, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria que ejerce en el centro de salud de Cudillero, y el farmacéutico Luis Sánchez Álvarez, responsable de Farmacia en Atención Primaria del Área Sanitaria III, dentro de la edición mensual del Aula de Salud que organizan el área y la asociación cultural La Serrana.
«En ocasiones se banalizan los medicamentos y no hay que banalizarlos, tienen sus indicaciones y contraindicaciones», aseguró Belén García Busto, que recordó que «no todos los problemas de salud que tenemos se curan con una pastilla. En ocasiones, un cambio de hábitos es saludable».
Y es que, como recordó el farmacéutico Luis Sánchez Álvarez «tenemos que superar la medicalización de los problemas cotidianos que vivimos actualmente. Los pacientes acuden a las consultas a por una receta y, en ocasiones, no deberían recibirla, porque su problema no lo necesita». Una batalla donde los médicos de familia sufren presiones por todas las partes: por una parte de los pacientes, que si no reciben la receta consideran que su médico no es bueno y desconfían de él; por otra parte, la saturación de trabajo y, por último, la presión de la industria farmacéutica. «No es una situación sencilla para los médicos de Primaria», asegura Luis Sánchez.
Y eso que hablamos de palabras mayores porque, como recordó Belén García Busto, «no existe ningún medicamento de riesgo cero, en ocasiones tenemos que dar opción a las respuestas no farmacológicas. Los medicamentos deben ser los justos y necesarios», aseguró.
Por ejemplo, un problema de colesterol puede solucionarse con un cambio de dieta y ejercicio moderado. O las dificultades para conciliar el sueño en personas mayores, que son propias de la edad y no necesitan ningún medicina. «El prospecto de algunos fármacos señala que no se deben tomar más de ocho semanas continuadas y hay personas que los consumen de manera ininterrumpida. Cuando se receta, hay que indicar cuando se terminará el tratamiento», apunta Sánchez.

Los polimedicados

Y es que, como subraya García Busto, «no todo se arregla con una pastilla». Además, el exceso o uso inadecuado de medicinas lleva a otro problema: la polimedicación. En el área sanitaria hay 2.794 personas que durante seis meses consumieron más de tres cajas de diez principios activos; 228 personas con más de tres cajas de quince principios activos y doce con más de tres cajas de veinte principios activos. Son los llamados polimedicados.
«Hay casos en los que es necesario, pero también hay pacientes en los que sucede el efecto cascada. Se receta un fármaco, que genera un efecto secundario; este necesita otro fármaco, que vuelve a generar otra reacción y se requiere un tercer producto», comenta Luis Sánchez.
¿Se puede romper esta deriva? Los ponentes del Aula de Salud no solo consideran que sí, sino que en su día a día trabajan para ello. Belén García Busto reclama a que el paciente «juegue un papel más activo en la enfermedad, se integre en el equipo con su médico y enfermera. Se conoce mejor que nadie y debe ser protagonista en su salud».
Por su parte, Luis Sánchez facilita recursos a los facultativos de Primaria. «Los profesionales nos demandan información objetiva a los farmacéuticos y responden muy bien a los cursos de formación que impartimos», asegura.
Y es que, como recordó el farmacéutico Luis Sánchez Álvarez «tenemos que superar la medicalización de los problemas cotidianos que vivimos actualmente. Los pacientes acuden a las consultas a por una receta y, en ocasiones, no deberían recibirla, porque su problema no lo necesita». Una batalla donde los médicos de familia sufren presiones por todas las partes: por una parte de los pacientes, que si no reciben la receta consideran que su médico no es bueno y desconfían de él; por otra parte, la saturación de trabajo y, por último, la presión de la industria farmacéutica. «No es una situación sencilla para los médicos de Primaria», asegura Luis Sánchez.
Y eso que hablamos de palabras mayores porque, como recordó Belén García Busto, «no existe ningún medicamento de riesgo cero, en ocasiones tenemos que dar opción a las respuestas no farmacológicas. Los medicamentos deben ser los justos y necesarios», aseguró.
Por ejemplo, un problema de colesterol puede solucionarse con un cambio de dieta y ejercicio moderado. O las dificultades para conciliar el sueño en personas mayores, que son propias de la edad y no necesitan ningún medicina. «El prospecto de algunos fármacos señala que no se deben tomar más de ocho semanas continuadas y hay personas que los consumen de manera ininterrumpida. Cuando se receta, hay que indicar cuando se terminará el tratamiento», apunta Sánchez.

Los polimedicados

Y es que, como subraya García Busto, «no todo se arregla con una pastilla». Además, el exceso o uso inadecuado de medicinas lleva a otro problema: la polimedicación. En el área sanitaria hay 2.794 personas que durante seis meses consumieron más de tres cajas de diez principios activos; 228 personas con más de tres cajas de quince principios activos y doce con más de tres cajas de veinte principios activos. Son los llamados polimedicados.
«Hay casos en los que es necesario, pero también hay pacientes en los que sucede el efecto cascada. Se receta un fármaco, que genera un efecto secundario; este necesita otro fármaco, que vuelve a generar otra reacción y se requiere un tercer producto», comenta Luis Sánchez.
¿Se puede romper esta deriva? Los ponentes del Aula de Salud no solo consideran que sí, sino que en su día a día trabajan para ello. Belén García Busto reclama a que el paciente «juegue un papel más activo en la enfermedad, se integre en el equipo con su médico y enfermera. Se conoce mejor que nadie y debe ser protagonista en su salud».
Por su parte, Luis Sánchez facilita recursos a los facultativos de Primaria. «Los profesionales nos demandan información objetiva a los farmacéuticos y responden muy bien a los cursos de formación que impartimos», asegura.


Artículo publicado en La Voz de Avilés-El Comercio

martes, 11 de diciembre de 2018

La importantancia de la prevención

Ya nos los decía Ramón Sánchez Ocaña: más vale prevenir. Y la prevención no sólo implica evitar la enfermedad, también detectarla a tiempo. De ahí la importancia de programas como el cribado del cáncer de colón. La detección precoz de estos tumores facilita un tratamiento mucho menos agresivo que en situaciones más avanzadas. Y más de una persona le debe la vida.


Juan Rubio, Enrique González y Lidia Clara Rodríguez.
Foto: Marieta

El programa de cribado del cáncer de colon ha detectado 79 casos de manera precoz en el Área Sanitaria III desde su inicio, en enero de 2015, según, explicó ayer el gerente del Área Sanitaria III, Enrique González, una vez que ha terminado la primera ronda de invitación a toda la población. Estas detecciones precoces han asegurado un mejor tratamiento de la enfermedad, incluso evitar su deriva negativa ya que estamos ante un tipo de tumor «que mata» y que en ocasiones tarda mucho en diagnosticarse, señala Juan Rubio, técnico de salud pública del Área Sanitaria III.
«Con este cribado se ha logrado evitar unas dieciocho muertes en la comarca», destaca Lidia Clara Rodríguez, directora de asistencia sanitaria y Salud Pública del Área Sanitaria III. «Los programas de cribado se hacen porque su resultado tiene una influencia favorable en la población, la prueba que se hace es indolora y permite intervenir en lesiones precancerosas o en estadios iniciales, donde el tratamiento es mucho más sencillo y la evolución favorable», explica Rodríguez.
Y es que uno de los problemas que se está encontrado el Área Sanitaria es que una participación más baja de lo deseable, que ha sido del 43% de los llamados entre octubre de 2016 y marzo de 2018, por otra parte una cifra en onda con la media española.
«Es habitual que este tipo de programas incrementen poco a poco su aceptación», explicó Juan Rubio. No obstante, el área sanitaria quiere pisar el acelerador y el gerente anunció que tras el paréntesis navideño se entrevistará con alcaldes y el movimiento asociativo de la comarca para potenciar la participación en el programa.
En estos primeros dos años, la respuesta de las mujeres ha superado en tres puntos a los hombres (44 frente a 41%) y los resultados de las pruebas se encuentran en línea de lo que indican todos los estudios sobre el cáncer de colon. De todos los test realizados, en un 7,5% se encuentran restos de sangre en heces, por lo que se propone hacer una colonoscopia, lo que acepta el 86% de las personas.
«La técnica ha evolucionado mucho y hoy en día no presenta molestias significativas», explicó Enrique González. Las exploraciones han permitido eliminar pólipos, además de intervenir en procesos cancerosos en su fase inicial. «Con este cribado se reduce la mortalidad en un 33%», destaca Rubio.

La prueba

El cribado alcanza a toda la población de la comarca entre 50 y 69 años, unas 44.000 personas. Reciben una carta en la que se invita a acudir a su enfermera de Atención Primaria para realizar un test de sangre oculta en heces. Es una prueba sencilla e indolora y una vez entregada la muestra, se tiene el resultado en el plazo de quince días. Cuando es negativo, se recibe una carta en el domicilio. La persona deberá aguardar otros dos años para volver a realizar la prueba. En el caso positivo, debe acudir a consulta con el objetivo de hacer una colonoscopia que despeje las dudas.
Los restos de sangre no implican necesariamente la existencia de un cáncer o lesiones pretumorales. Las hemorroides, por ejemplo, pueden ser un motivo de ese positivo. Si la persona no acude, se hace una invitación pasados dos meses. «La actividad del cribado nos ha enseñado que las personas tardan en responder hasta seis meses desde la invitación», comenta Rodríguez.

Artículo publicado en La Voz de Avilés-El Comercio

lunes, 10 de diciembre de 2018

Hablando del futuro

Hablar del futuro es muy peligroso. Con frecuencia, las predicciones fallan. No obstante, es inteligente reflexionar sobre lo que vendrá, toda vez que también implica pensar sobre el momento en el que se vive. El científico Amador Menéndez asumió el reto de intentar ver el futuro en el campo de la medicina. Y estas fueron sus conclusiones. 


Amador Menéndez. Foto: Marieta

Tan apasionado de la ciencia como de la divulgación, Amador Menéndez (Las Regueras, 1969), investigador en la Fundación ITMA, se sumó ayer (26 de noviembre) al Aula de Salud que el Área Sanitaria III organiza junto con la asociación cultural La Serrana para avanzar las tecnologías que cambiarán la manera de ver y vivir la medicina en los próximos años. De ello, conversó antes de la charla.
-¿Qué hace un científico de materiales como usted hablando de salud?
-Hoy en día, la ciencia está interrelacionada. No hay comportamientos estancos. En la salud humana, los avances vienen de equipos interdisciplinares con capacidad para desarrollar tecnologías disruptivas, con capacidad de revolucionar la medicina y mejorar notablemente la calidad de vida del ser humano. Y, además de la ciencia, me encanta divulgar.
-¿De qué técnicas habla?
-De varias: Big Data, edición genómica, reprogramación genómica, biónica, medicina regenerativa, pero, sobre todo de la nanotecnología. La nanotecnología permite fabricar materiales que no existen en la naturaleza con unas características y fines específicos. Se construye como si fuesen piezas de Lego y representa un campo con grandes avances.
-Existen nanomedicamentos que, en pacientes con cáncer, seleccionan las células malignas para evitar que la quimio o la radioterapia dañen a las sanas.
-Sí, ya existen algunos fármacos en el mercado. Es como la película 'Viaje fantástico' hecha realidad. Es un ejemplo de nanoterapia, una de las grandes aplicaciones de la nanomedicina. Ya existe nanomedicina. En este siglo, los grandes avances llegarán en la medicina preventiva, porque siempre es más fácil evitar la enfermedad que curarla. Los otros campos son el nanodiagnóstico y la medicina regenerativa.
-¿Qué es el nanodiagnóstico?
-Se utiliza la nanotecnológica para lograr el diagnóstico más precoz posible. Es algo muy importante en enfermedades como el cáncer. Adelantar el diagnóstico lo antes posible facilita el tratamiento.
-¿Y en el caso de la medicina regenerativa?
-Los nanomateriales pueden provocar el crecimiento controlado de tejidos y órganos. Abre vías muy interesantes.
-Antes aludía a los equipos interdisciplinares. ¿Es fácil el trabajo entre el personal sanitario y científicos que vienen de otros campos?
-Es el gran reto y no resulta fácil. Cada uno cuenta con una formación específica y hay que buscar puntos de encuentro. Cuando se logran, los resultados son mucho mayores que la suma de dos partes.
-¿En la Fundación ITMA tienen alguna experiencia en estos campos?
-Hemos participado en algunas investigaciones, aunque por las cláusulas de confidencialidad no podemos dar datos.
-Asturias, con una universidad, centros tecnológicos y una red de hospitales, ¿se encuentra preparada para investigar en este campo?
-Se empiezan a hacer colaboraciones. Cada vez es más necesario unir esfuerzos, existen muchas dificultades pero comenzamos a trabajar todos juntos.
-¿Cuanto tardan en llegar a los ciudadanos estas innovaciones?
-Son variables. En Estados Unidos, la regla de la innovación fija en 15 años de medio la generalización. Pero depende de su naturaleza, un cambio en un programa informático es mucho más rápido que un nuevo medicamento que requiere de muchas más tramitaciones. Y, además está lo que se llama el valle de la muerte.
-¿Qué es?
-Es un término que se utiliza en la Unión Europea para incluir todas las innovaciones que no llegan al mercado por diferentes causas. Son varios factores los que provocan que algo que es viable en un laboratorio no pueda desarrollarse luego en el mercado.
el 27 de noviembre de 2018

sábado, 24 de noviembre de 2018

Nuevos retos para la Atención Primaria: la violencia machista


Cualquier médico de Atención Primaria te explicará sin problemas lo cargada que está su agenda de trabajo, los problemas burocráticos, lo difícil que es que se cumplan las sustituciones. El personal de Enfermería sufre la misma situación.
A pesar de ello, la Atención Primaria se mantiene como un elemento fundamental y no paran de asignarles tareas. La última: ser un instrumento contra la violencia machista.

La psicóloga Sofía Czalbowski, la trabajadora social Rosario Piñera y la diputada Natalia González Peláez.
Foto: Marieta





Erradicar la violencia de género es una tarea compartida de la sociedad, con muchos campos de actuación, entre ellos el sanitario. Ayer, cerca de doscientas personas participaron en las I Jornada de Atención Sanitaria en Violencia de Género que se celebró en el hotel NH Collection Palacio de Avilés bajo la organización del servicio de Igualdad del Ayuntamiento de Avilés y el Área Sanitaria III. El personal sanitario dominaba la convocatoria aunque entre las asistentes (fundamentalmente mujeres) también había profesionales de ámbitos sociales.
Un encuentro maratoniano, que ocupó toda la mañana y que terminó con un elevadísimo nivel de satisfacción de los participantes y el deseo de repetir el encuentro después de una mañana cargada de ideas e iniciativas para trabajar en lo que ayer se definió como «un problema de salud pública de primer orden». Y es que en la apertura se recordó como en la última encuesta de Salud Pública del Principado de Asturias, «el 10% de las mujeres mayores de 14 años refieren haber sufrido malos tratos». De ahí la necesidad de movilizar todos los recursos necesarios, incluyendo el ámbito sanitario.

En este campo, se subrayó la importancia de la Atención Primaria para el diagnóstico precoz de la violencia contra las mujeres.
La doctora Alicia Díaz Revilla, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y experta en atención a mujeres víctimas de violencia en Primaria, aseguró que «son el recurso sanitario esencial, accesible y facilitador para que las mujeres hablen y para que los profesionales pregunten por este tema, especialmente, ante consultas frecuentes por malestares difusos y en población más vulnerable como ancianas, adolescentes, embarazadas, emigrantes, discapacitadas».
Y es que, a pesar de esos indicios (ansiedad, malestar) las alarmas tardan en sonar entre cinco y diez años, según se explicó. De ahí que la doctora Díaz apelase a la necesidad de formación específica para que los profesionales sanitarios supiesen detectar la necesidad de intervenir. La ponente no dudó en afirmar la necesidad de emitir un «parte de lesiones» en el caso de violencia física o psicológica.
No son los únicos campos en los que se reclamó una mejor formación. Jueces y fiscales deben actualizar sus conocimientos para abordar una realidad que, por desarrollarse en el ámbito privado, tarda en conocerse, en ver sus efectos. Precisamente, esa demora implica un daño para las víctimas. Porque, como destacó la psicóloga Sofía Czalbowski, los hijos también padecen las consecuencias, necesitando una terapia especial. En su intervención aseguró que los daños a los menores eran equivalentes a los que sufren en conflictos bélicos, con la diferencia que estos «identifican perfectamente al agresor», lo que no sucede cuando los menores viven situaciones de violencia machista.

En Salud Mental

Del trabajo desde los servicios de Salud Mental se encargó el profesor José Navarro Góngora, director del servicio de Atención Psicológica de la Universidad de Salamanca, donde ejerce la docencia en Psicología Familiar y de Terapia Familiar y de la Pareja. Recordó que la «prioridad» era la protección de la vida de las víctimas, lo que podía obligar a que marchasen de su domicilio. Navarro aseveró que todas las víctimas necesitan terapia psicológica, toda vez que los episodios vividos menoscababan su autoestima.
De ahí que el trabajo de los profesionales se centre en que recupere «la confianza en su propio criterio» además de «evadir las situaciones de violencia y a ganar control». El ponente aseguró que «la intervención psicológica debe permitir a la mujer identificar el maltrato vivido: lo que le hicieron, cómo se lo hicieron y para qué se lo hicieron; y así, recuperar su autoestima y empoderamiento».

Artículo publicado en La Voz de Avilés-El Comercio 
el 24 de noviembre de 2018.

sábado, 27 de octubre de 2018

Salud, deporte y divulgación

Salud, deporte y divulgación se relacionaron íntimamente con la conferencia que el doctor José Antonio Rodas ofreció ayer, viernes, 26 de octubre, en el Aula de Cultura de La Voz de Avilés. Fue tan grato escribir de ella como asistir.

El doctor José Antonio Rodas al inicio de la charla.
Foto: Omar Antuña

Jugaba en casa, con el público llenando el salón de actos de la Cámara de Comercio de Avilés y con un tema que más que su profesión es su pasión. De esta manera, el doctor José Antonio Rodas mostró ayer su rostro más humanista y científico, el divulgador comprometido con la investigación y el ciudadano dispuesto a alimentar el pensamiento crítico, incluso autocrítico en la nueva sesión del Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS, coordinada por Mercedes de Soignie.
De esta manera, el jefe de los Servicios Médicos de la Mutualidad de Futbolistas de Asturias y actual médico de la Selección Española de Fútbol Sub-21 inició su charla con una precisión conceptual: la diferencia entre deporte y actividad física. «Todos conocemos los beneficios del deporte, pero deporte no es igual a actividad física. El deporte es lesivo, la actividad física no, salvo que no se cumplan ciertas normas», indicó.
El deporte implica competición, la necesidad de la victoria, una presión que no siempre resulta saludable. «Cada vez hacen más deporte los más jóvenes. Y el problema es exigir mucho a los niños», apuntó. No fue la única alusión que hizo a las categorías inferiores ya que, recordó, «los niños y los jóvenes no son adultos pequeñitos, sino que necesitan entrenamientos específicos que no siempre se hacen», comentó.
No es la única precaución que se debe tomar. Así, recordó la necesidad de utilizar un calzado adecuado para la actividad física o el lugar donde se practicará, como sucede con los campos de hierba sintética. «Si el terreno ya está gastado, es mejor un taco corto y muchos tacos, aunque resbale, porque siempre es mejor a que caiga de culo a que tenga una lesión más grave por clavarse el pie en el suelo».
También recordó la necesidad de entrar en la actividad de manera progresiva y también salir pausadamente o no hacer deporte en ayunas. «Es conveniente comer suave una hora antes. Es suficiente un zumo o vaso de leche con una galleta», apuntó.
Rodas no dudó en ejercer la autocrítica hacia la medicina que tiende a dejarse seducir por la tecnología y suele ser derrotada por la alta presión asistencial. «El doctor Gregorio Marañón decía que con tiempo y un lugar tranquilo podía curar todo. Debemos volver más al paciente, humanizar la atención», apuntó.
También recordó la necesidad de actualización permanente de los médicos, del poder de la tecnología para facilitar la seguridad. Es la llamada Medicina 4.0 que permiten monitorizar en tiempo real constantes como los latidos del corazón y actuar de la manera más rápida posible.
La incesante investigación aporta nuevas certezas. No obstante, Rodas advirtió sobre la necesaria precaución ante «la publicidad de productos o terapias que no se ha demostrado que no curan nada, pero sirven para cobrar mucho». Así puso el ejemplo de las «células progenitoras, que prefiero a madres» de las que aún no se ha demostrado que curan nada aunque es necesario seguir investigando.

Presentó una reciente investigación, divulgada por primera vez por la FIFA en enero de este año, sobre el riesgo de hacer deporte, como correr, con décimas de fiebre o malestar general, por la posibilidad de generar una inflamación en el corazón que evolucione de manera trágica. Ademas, alertó sobre el peligro de los antiinflamatorios, de los que se tiende a abusar.

También reivindicó el dolor. «Yo siempre digo que es bueno, porque el dolor nos dice que algo no está bien. No hay que quitar el dolor con un fármaco, hay que buscar su causa para erradicarlo».
Artículo publicado en La Voz de Avilés-El Comercio 
el 27 de octubre de 2018

lunes, 24 de septiembre de 2018

Cuidado con la alimentación

Aunque siempre hubo gordos y flacos, las cifras evidencian una creciente ola de obesidad ya desde la infancia. Es un problema y muy serio por las consecuencias en la salud personal y sus derivadas hacia el sistema general. Los pediatras están muy atentos ante esta situación.


Desayuno saludable en el Colegio de La Carriona. Foto: Marieta


«La obesidad infantil no es una enfermedad, pero puede ser un problema para la asistencia sanitaria y obliga a tomar medidas. El Principado es consciente de ello y está trabajando muy seriamente». Son palabras del doctor José Ignacio Pérez Candás, pediatra en el Centro de Salud de Sabugo, y que junto con Begoña Domínguez Aurrecoechea, Ángeles Ordóñez Alonso, Manuela Sánchez Echenique, Josu del Frade Osinaga y Encarnación Díaz Estrada ha analizado la evolución de los parámetros de sobrepeso y obesidad entre 2012 y 2017 según las historias de Atención Primaria recogidas en el informe Estado de la Nutrición Infantil en Asturias (ESNUPI-AS). El pasado mes de mayo se presentó en el congreso de la Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria.
Las conclusiones evidencian el alcance de la realidad: no se han producido variaciones estadísticamente significativas. Los datos evidencian diferencias entre zonas básicas de salud en un mismo concejo. La conclusiones del estudio aconsejan trabajar en ellas. José Ignacio Pérez Candás asegura que se ha hecho; permitiendo fijar estrategias adecuadas a cada territorio.
En el caso de Avilés, la foto de 2017 refleja casi el mismo paisaje de 2012. «En el caso de exceso de peso, disminuye de 29,6 por ciento a 28,3% en el grupo de cero a cuatro años; de cinco a nueve años pasa de 40,5 a 39,3 y aumenta en los niños de diez a catorce años al ir de 41,9 por ciento en 2012 al 42,2% en 2017. Son variaciones de décimas, no son significativas».
En el caso de los menores con obesidad, se repite la tendencia. Los cambios son de décimas, como también en los niños con obesidad severa, con subidas y bajadas según el rango de edad.
Los datos no desaniman a los pediatras, sino que los animan a trabajar. También al Principado que ha creado una comisión específica para diseñar actuaciones. El doctor José Ignacio Pérez Candás ha sido uno de sus integrantes. «Es un documento muy ambicioso, que fija numerosas líneas con actuaciones que deberá ejecutar el gobierno», apunta.
Y es que luchar contra la obesidad no resulta nada sencillo. «Los gramos se cogen muy bien, uno a uno; pero desprenderse de ellos no resulta nada sencillo», comenta con aire de broma el doctor Candás. Además, en los últimos años la evidencia científica está cambiando todas las pautas sobre alimentación.
«Ahora mismo, sólo tenemos tres certezas sobre la alimentación en el primer año de vida», subraya el pediatra. «La primera es que la lactancia materna es fundamental en los seis primeros meses, no he localizado ningún caso de obesidad en bebés alimentados en exclusiva con lactancia materna en los seis primeros meses de vida y con ayuda hasta los dos años o más. La segunda certeza es que a partir del sexto mes pueden comenzar a complementar la lactancia con otros alimentos y que la leche de vaca entera puede darse después del primer año de vida».

«Más actividad física»

A partir de ahí, se suceden debates y controversias, aunque existen factores en los que todo el mundo coincide, pero que requieren de matizaciones. Como sucede con la actividad física.
«La actividad física es necesaria, pero muchas familias lo relacionan sólo con el deporte y, con frecuencia, el deporte de competición; lo que genera muchos problemas a los niños», asegura el doctor Candás. La actividad física implica poder jugar en la calle frente a las horas de televisión; ir caminando al colegio frente al transporte privado... «El sedentarismo es un gran problema. Las ciudades no invitan a los niños a salir a moverse y hay que fomentarlo», comenta.
Pero el gran reto es la alimentación. «Es una paradoja, pero la increíble oferta de alimentos de la actualidad hace que estemos peor nutridos. Existe un exceso de alimentos azucarados; no sólo hablo de refrescos, hemos encontrado papillas infantiles azucaradas, que los pediatras hemos denunciado. Existe una tendencia a comer más de la cuenta y, sobre todo, lo que engorda», denuncia.
¿Cómo debe ser la dieta? «La evidencia científica está cambiando todo. Se ha dado mucha importancia a la leche; pero ahora se sabe que con un vaso diario y un yogur es suficiente; las proteínas diarias de la carne o el pescado deben ocupar el espacio de un puño de un niño o un adulto».
Para las frutas, hortalizas y verduras no hay límite. Como tampoco para los huevos. «No hay que tener miedo. Se pueden comer todos los días», comenta Pérez Candás.
Los cambios no sólo terminan ahí. «Antes, los pediatras fijaban un orden de introducción de los alimentos tras la lactancia materna, pero eso ha muerto. Cada familia debe seguir su ritmo, sus pautas», asegura. El nuevo paradigma apunta la necesidad de que «cuando el niño se sienta en la trona, ya se le puede facilitar alimentos adecuados, para que mastique poco a poco», comenta. En todo ese proceso, no hay que olvidar el sentido común. «Se empieza con una naranja, pan, manzana cortada. No puedes darle frutos secos, pero el resto de alimentos puede probar poco a poco; que vaya masticando y conociendo sabores».
Y es que en una sociedad cada vez más multicultural «es imposible fijar una pauta. Además, los estudios sobre alimentación de la OMS han terminado con el concepto de etnia, demuestran que los niños crecen de la misma manera si se alimentan bien. Los retrasos en el crecimiento se debe a las hambrunas», asegura el doctor Candás.
«En el fondo estamos hablamos de cambiar de hábitos y no resulta sencillo. Por ejemplo, en Asturias nos gusta 'cebar', pero si el bebé no quiere más biberón, no se le da. Hay que dejarse guiar por ellos», apunta. Otra idea que comienza a transformarse es el concepto de desayuno como la comida más importante de la jornada. «Cada uno necesita determinados alimentos a lo largo del día y lo importante es tenerlos cuando los requiera. Igual no quiere desayunar porque está lleno de la cena. Ya no se considera tan importante», indica.
Y aparecen nuevos factores en el desafío, como los elementos ambientales, los llamados disruptores endocrinos que favorecen la obesidad o la repercusión de los insecticidas. «Aunque es menos importante, los estudios demuestran que no es saludable calentar la comida en recipientes plásticos o ciertos revestimientos que se utilizan para cocinar. Hay que modificar esa costumbre e ir cambiándolos poco a poco», concluye Pérez Candás convencido de la necesidad de educar y asesorar a las familias.
Artículo publicado en La Voz de Avilés-El Comercio 
el 24 de septiembre de 2018.

domingo, 5 de agosto de 2018

Pensando sobre la sanidad

Entre 2003 y 2011, Alfonso Flórez gestionó el Hospital San Agustín. Tuve la oportunidad de tratar con él. Buen gestor, implicado, humano, generoso. Dejó una buena huella en el centro. Hoy lo entrevistamos, centrando las preguntas en la gestión sanitaria, en la reflexión, un territorio en el que siempre se ha desenvuelto con soltura.

Alfonso Flórez. Foto: Carolina Santos.



Alfonso Flórez Díaz (Gijón, 1948) no duda en calificar su estancia al frente del actual Hospital Universitario San Agustín como un «orgullo». Su gerencia entre 2003 y 2011 implicó el fin de la remodelación y un cambio en el modelo de gestión. Ya jubilado reflexiona sobre el sistema sanitario.

-¿Qué recuerda de su llegada a Avilés, al San Agustín, en 2003?

-Era un hospital con obras, con grandes problemas desde el aparcamiento a la afluencia de pacientes, la distribución de circuitos en el interior... Era una organización en una situación de tránsito. Las obras habían comenzado hacía ya mucho tiempo y se habían acostumbrado a ellas.

-A usted le tocó una buena parte.

-Cuando me incorporé estaba hecho todo el área de los vestuarios de quirófanos y, muy importante, el nuevo edificio de consultas externas. Fue una época compleja. Recuerdo que llegamos a comprar anoraks para las enfermeras que tenían que pasar por pasillos por donde entraba el viento por todas las partes.

-¿Se ha aprovechado todo el conocimiento generado en la reforma?

-En realidad no sé qué tipo de conocimiento se genera. Yo venía de hospitales como Valdecilla o La Paz donde hubo que hacer transformaciones muy importantes y siguieron funcionado. Para mí las obras fueron un pretexto para el cambio organizativo. Lo fundamental fue que me rodeé de un equipo muy bueno de profesionales.

-¿Fue complicado ese cambio?

-Lo fundamental fue que metimos a toda la organización en él, en lo que significaba lo que debíamos diseñar: hacer un hospital nuevo con un viejo cascarón. Las obras se pudieron hacer gracias a todo el personal. Suprimir las habitaciones de tres y cuatro camas, crear áreas de cirugía mayor y ambulatoria, las comunicaciones y circulación del hospital, la informatización... Ese cambio solo fue posible con el apoyo de todo el personal.

-¿Es cierta su llegada en plan Brubaker por Urgencias simulando una dolencia coronaria para desvelar que es el nuevo gerente?

-No, es falsa. Es una leyenda urbana. Mucho después de mi llegada tuve que ir a Urgencias por una medicación que provocó unos síntomas que parecían un infarto. Pero fue mucho después. Todo el mundo sabía quien era y todos me conocían. Ya eran gente de la familia.

-También se comenta que aparecía por cualquier lugar del hospital: en talleres, en los pasillos...

-Conocía el hospital muy bien. Tenía el hábito de andar por él y tratar de solucionar los problemas. Lo hice en todos los hospitales. Algunas veces molesta, pero no tiene porqué.

-Estuvo ocho años en el hospital, ¿de qué está más orgulloso?

-Estoy muy orgulloso de haber estado en el San Agustín, del equipo directivo que se formó. Y de marcharme de un hospital cuya lista de espera no superaba los cuatro meses como conclusión de todo lo que se había hecho. Y las auditorías sin salvedades. Pero sobre todo del equipo que quedó y su forma de trabajar, con un estilo y que dejaron iniciativas que permanecen, como el reciclado, las jornadas gastronómicas, los chavales que venían a tocar...

-En 2011, el cambio político en Asturias marca su salida del San Agustín. ¿Es una de las asignaturas pendientes, la ausencia de un cuerpo de gestores sanitarios con independencia de los políticos?

-Luchamos mucho tiempo por un cuerpo de gestores institucionalizado para dar continuidad. Pero es algo inútil. La política sigue utilizando la sanidad para aguijonear al gobierno. Me parece muy peligroso. Y tiene unas consecuencias para las organizaciones. Al final, el que lo sufre es el paciente.

-¿Hasta qué punto?

-La organización ve todos esos avatares políticos y se crea una desconfianza. No hay alternativas de cambio ni creatividad. Como ha sucedido en Gijón. Un grupo de trabajadores estudia las urgencias en Primaria y ve que la concentración en tres puntos mejora el servicio. Pero se rechaza por la presión de organizaciones sociales. Quizá no se informó bien, pero las cosas no pueden seguir igual por opiniones contrarias. La sanidad es un tema muy técnico, afecta a todos y mueve mucho presupuesto. Debería haber un pacto social para que esto no sucediese, manteniendo unas líneas predecibles y sin cambiar gestores consolidados.

-¿Cómo ve el sistema sanitario?

-Es una suma de todo lo que ha pasado. Para mí, el sistema público se encuentra estancado, necesita un replanteamiento de la organización. No es cuestión de arquitectos ni de más camas. Hay que parar y consensuar. Dentro de la organización sanitaria existe suficiente sabiduría para tomar estas decisiones, sabe lo que se debe hacer.

-¿Quién teme más dar voz a los trabajadores: los gestores o los políticos?

-Un redimensionamiento debe ser hecho por técnicos, personal muy cualificado que sepa dar voz a todas las alternativas. Se habla de meter más dinero, y siempre se necesita, pero es necesario parar. Por ejemplo, para analizar los tiempos que se pierden, que es donde existen muchas ineficiencias.

-¿Qué se puede hacer?

-En el sistema necesitamos servicios centrales fuertes, como Radiología o Anatomía Patológica. Son elementos centrales, son la puerta de entrada y no podemos tener lista de espera en ellos. Los pacientes necesitan los diagnósticos rápidamente. Y si tenemos cuellos de botella ahí se genera esa pérdida de tiempo. Es un elemento de ahorro, evitaría pérdidas de tiempo y que se generasen pacientes crónicos. Un menisco de un trabajador no puede esperar siete u ocho meses. Son elementos en cadena cuyo fallo despilfarra dinero y calidad asistencial.

-Los políticos necesitan resultados cada cuatro años y los gestores planifican a largo plazo. ¿Es el primer conflicto?

-Las líneas que se deben marcar deben ser certeras, de continuidad. En estos momentos, los gestores están en el día a día. Y la gestión del día a día no es la del futuro. Hay que buscar nuevas alternativas a las necesidades de la población, que son muy cambiantes, y la sociedad digital. Tenemos situaciones que se deberían evitar.

-¿Por ejemplo?

-Un paciente crónico no debería entrar por Urgencias. Debería estar tratado por su médico de familia, con una referencia en especializada. Habría que modificar cosas, incrementar los médicos de familia e introducir cambios para que se pudiese relacionar con el especialista.

-Antes aludió a la sabiduría de las organizaciones sanitarias. ¿En qué se debería aplicar?

-En campos como la gestión de personal que necesita una profunda revisión. Para ello, los sindicatos, colegios profesionales y organizaciones sociales son imprescindibles para evitar enfrentamientos donde pierde el sistema y, con ello, los ciudadanos. La carrera profesional es un modelo de frustración organizativa muy importante. Hay que mirar aspectos del escalafón, que se deben modernizar. Y abordar la retribución. Es algo que se debe revisar porque sino esto se va al garete. La sanidad es una profesión muy bonita y ver a profesionales que se jubilan con un alto nivel de frustración indica que algo está mal en la organización. Además de que perdemos mucha experiencia.

-Habrá gente que le diga: todo esto está muy bien, ¿por qué no lo hizo cuando tuvo responsabilidades?

-Cuando estuve en el hospital ayudé a que todo esto no ocurriese. Y los resultados fueron que teníamos una lista de espera que no superaba los cinco meses. Y se generó conciencia de que se debía gestionar de una manera, sin interrupciones en el proceso

-¿Cómo vive de jubilado?

-Me sigo despertando a las seis y media de la mañana. Es por la inercia de cuarenta y pico años. No tengo tiempo. Tengo mucho que hacer: estar con los amigos, la carpintería, ayudar en cuestiones que se necesiten. Estoy muy ocupado. No echo de menos nada.

-¿Y un salto a la política, volver a a la primera línea sanitaria?

-Tengo tanto que hacer que es algo que no me planteo.

Entrevista publicada en el diario La Voz de Avilés-El Comercio el 5 de agosto de 2018.

sábado, 4 de agosto de 2018

Elogio y drama del microbio

Un clásico de los veranos avilesinos son los cursos de La Granda. El profesor César Nombela dirige este año el encuentro sobre Microbiología. En esta entrevista previa, da una amplia visión del mundo del microbio, fascinante me atrevo a adjetivar.


César Nombela Cano. Foto: Marieta.
Presencia habitual en los cursos de La Granda, el catedrático César Nombela Cano (Carriches, Toledo; 1946) dirige este año el seminario sobre microbiología con el que se homenajea al microbiólogo asturiano Julio Rodríguez Villanueva, fallecido el pasado año.

-¿Por qué el recuerdo al profesor Villanueva?

-Es un asturiano de enorme relevancia en el mundo académico español. Creador de una escuela científica sin parangón. De su grupo hemos salido catedráticos en quince universidades españolas, además de extranjeras. Impulsó la microbiología en España entendiendo al microorganismo como un ser vivo, capaz de ser patógeno, pero también de consumir un contaminante o fermentar un mosto y producir vino.

-¿Qué enseñanza deja hoy, más allá de la microbiología?

-En el profesor Villanueva encontramos cómo encarar proyectos de futuro. Cree en las posibilidades de hacer ciencia en España, de la universidad, de la investigación y lo impulsa con una energía fuera de serie. Aprendemos a animar a los jóvenes y su capacidad para buscar a las personas más capacitadas y motivadas.

-La microbiología no es sólo la investigación, su presencia es básica en los hospitales.

-Es fundamental entender al microbio como agente de infecciones para tratarlo adecuadamente. Esa microbiología requiere conocer al microorganismo. Está en un momento fundamental por el avance científico. Es imposible hacer microbiología asistencial sin todos los conocimientos actuales.

-¿El uso adecuado de los antibióticos es el gran reto?

-Cada vez es un problema mayor, porque un uso inadecuado de los antibióticos hace a los microbios resistentes. Tenemos que aprender cómo los microbios son capaces de resistir y, además, transmitir esa capacidad a su progenie y a otros microbios. Por eso, cada vez hay más control de los médicos y los farmacéuticos. Esto genera otras situaciones.
-¿Cuales?
-A principios de los años ochenta había un desarrollo floreciente de nuevos antibióticos. Pero se ha terminado. Las empresas no invierten y la administración busca la forma de incentivar porque siguen siendo necesarios los nuevos antibióticos. De no ser así, seguirá habiendo muertes por resistencia por antibióticos. En la época actual se pueden cifrar por cientos de miles en el mundo, de seguir al ritmo actual pueden llegar a los diez millones en el año treinta.

-Pero los microbios también son salud, no sólo hay microbios malos.

-Hay muchos más microbios buenos que malos. Pensar que solo son patógenos es quedarse con el uno por ciento de la historia. No sólo son positivos, son imprescindibles para la vida humana. En La Granda vamos a tratar el microbioma o microbiota: el conjunto de microbios que tenemos. Tenemos más células microbianas que propias. Es decir, nos habita otro organismo que debe estar equilibrado. De lo contrario habría disfunciones en la persona. Entender el microbioma es el gran campo abierto, tanto en la salud, pero también el microbioma del suelo o del aire, en cualquier ser vivo. Ahora podemos entender el conjunto de los microbios que nos habita como un ser vivo. El siguiente paso será poder emplearlo como medicamento, en lo que ya se empieza.

-Además de científico, usted también es gestor. ¿Cómo ve la recuperación del Ministerio de Ciencia?

-Siempre que haya un rótulo que diga Ministerio de Ciencia, a los científicos nos parece bien. Ahora, tenemos ya experiencia suficiente para prevenir. En las veces anteriores no ha funcionado. El que creó Zapatero en 2008 marca el estancamiento y caída de la inversión en ciencia. No es sólo el rótulo. Hace falta promover el desarrollo. En un país industrializado y moderno, la ciencia debe ser prioritaria.

-¿Falta inversión o también hay que abordar el marco legal?

-No se ha invertido lo que se debía. Estamos en menos del 1,2 % en I+D de nuestro Producto Interior Bruto (PIB) y la media europea es del dos por ciento. Hay países con una inversión del 4% del PIB. Tienen que invertir más gobierno y sector privado, aunque el gobierno también tiene capacidad legal de incentivar con sus normas. Desde 1980 a 2008 hubo un despegue y es necesario recuperarlo. Es una de las tareas del nuevo ministro Duque.

-¿Y la reforma de la universidad?

-Llevo años abogando por eso. La universidad es cerca del 70% del sistema científico español. Necesita una reforma. Tiene un sistema autogestionario que trabaja más intereses internos que para dar cuentas. Con todo, hay grupos muy buenos. Hay que cambiar la selección del profesorado, fomentar la movilidad y exigir un mayor rendimiento investigador. La reforma ya se demora demasiado tiempo.
Entrevista publicada en La Voz de Avilés-El Comercio el 2 de agosto de 2018.