viernes, 8 de junio de 2012

Hacer frente a las agresiones

En una ciudad de provincias, un congreso siempre es una fuente segura de noticias. En este caso, el Hospital San Agustín albergó el pasado mayo unas jornadas técnicas sobre seguridad. Recupero la conversación con Santiago Álvarez Labra sobre la seguridad en los profesionales sanitarios, un tema realmente complejo.

Santiago Álvarez Labra, el primero por la izquierda.
Foto: Sergio López.



La prevención de las agresiones que sufren los profesionales de la sanidad, en sus diferentes estamentos, fue(ron) ayer uno de los temas estrella en las Jornadas Técnicas de Seguridad en Centros Sanitarios que se celebran en el Hospital San Agustín de Avilés. La cita ha congregado en el centro de referencia del Área Sanitaria III a 185 participantes de toda España.
La cuestión no es baladí. Tal como manifestó Santiago Álvarez Labra, responsable del programa de prevención y actuación frente a potenciales situaciones conflictivas en centros sanitarios del SESPA, «el sector sanitario representa el 25% del total de las agresiones que se registran en ambientes laborales», según los datos manejados por la Organización Internacional del Trabajo y la Organización Mundial de la Salud. En los últimos 20 años, la tendencia es al incremento en este tipo de episodios.
Aunque los ponentes advirtieron de la dificultad que representa la diferencia de criterios para definir las agresiones, todos coincidieron en la necesidad de fijar estrategias para proteger a los profesionales de los sanitarios.
En el caso de Asturias, desde seis años su herramienta se centra en un plan específico vigente y coordinado por Santiago Álvarez Labra. El año pasado recibieron la comunicación de 270 actos de violencia hacia los profesionales sanitarios, de los que el 16,5% terminaron en los tribunales.
«Esto es la punta del iceberg, realmente sabemos que existen muchas más agresiones, pero no todas se comunican», asevera Labra.
Según su experiencia, «para algunos profesionales, la agresión es un fracaso. Tampoco se judicializa por el temor al futuro. Generalmente hablamos de procesos de faltas, con sanciones leves y, para evitar problemas, prefieren no denunciar» comenta Santiago Álvarez sobre un acto que provoca una ruptura en la relación terapéutica entre profesional y usuario.
La estrategia asturiana combina una serie de acciones que pasan desde la protección física (con medidas como la presencia de vigilantes de seguridad) a la formación específica de los profesionales, aportarles una cobertura profesional y respaldarlos ante posibles acciones judiciales.
La que más, amenazas
En el caso de Asturias, se han definido cuatro tipo de agresiones: física, intento de agresión física, amenazas e insultos.
«La agresión que más se produce son las amenazas», concluye Labra. Con el agravante que es la que genera peores consecuencias para los afectados, conclusión a la que llegan tanto por su experiencia directa como por la literatura científica sobre el asunto.
«La amenaza genera un temor, queda suspendido en el tiempo. Les pueden decir que saben donde viven, que conocen a sus hijos; hay casos en los que los agresores merodean por los centros sanitarios. Todo eso genera ansiedad», explica. De hecho, aunque el 3% de las agresiones provocan una baja laboral, los datos reales pueden ser superiores. «Nosotros sólo manejamos los datos de bajas provocadas directamente; Salud Laboral lleva otro tipo de casos, como la ansiedad después de varios meses, tras sufrir amenazas. La cifra real debe ser mayor, aunque es complicado conseguirla», comenta.
En esos seis años, el SESPA ha logrado elaborar un mapa de las agresiones. En valores absolutos son más frecuentes en Atención Primaria que en especializada, ya que las triplican. «Se debe a que las guardias de los equipos de Primaria están formados por dos personas y en los hospitales siempre existen más profesionales», señala Labra, además de ser mucho más extensa.
Otro dato que inquieta es que, sobre todo, las mujeres son las víctimas. «El 85% de las agresiones las recibe una mujer, puede pensarse que es porque hay un mayor número de mujeres trabajando; pero un estamento como el médico, donde el número de hombres y mujeres es paritario, ellas soportan el triple de agresiones que ellos», explica Santiago Álvarez Labra.
El origen de la violencia
Los datos manejados por el responsable del programa de prevención del SESPA muestran una tendencia al alza de las agresiones. «Los aumentos rondan entre el 10 y el 20% anual», comenta.
Las causas son varias. «Por una parte, la naturaleza del acto sanitario no se da en ningún otro tipo de actividad laboral porque siempre está en medio nuestra salud o la de una persona muy cercana», comenta. Al tiempo, la evolución desde un modelo paternalista en la relación entre los profesionales y los pacientes al actual sistema más igualitario junto con los cambios en la sociedad, cada vez más individualizada, favorecen las reacciones agresivas de las personalidades más violentas, comenta Labra.
Tampoco se puede olvidar el aumento de la asistencia a los diferentes recursos asistenciales. Tan sólo Atención Primaria registró durante 2011 en Asturias 10 millones de actos sanitarios diferentes.

Artículo publicado en La Voz de Avilés el 15 de mayo de 2012

miércoles, 6 de junio de 2012

Cuando las tripas del hospital son noticia

No siempre la noticia se encuentra en la prevalencia de una enfermedad, la investigación o los nuevos tratamientos. La gestión de los hospitales es un campo muy interesante. En este caso, se trata de un reportaje sobre la actualización del Selene, el programa informático utilizado en el Hospital San Agustín de Avilés. Selene es actualmente el sistema utilizado en la mayor parte de los hospitales de España.
En un periódico local abordar una información de estas características tiene varias dificultades. La primera es caer en un ladrillazo que aburra al lector, la segunda dejarte dominar por la jerga técnica (es fácil comprender que se encuentra íntimamente relacionada con la primera) y la tercera que la información no aporte nada al lector medio. 
No sé hasta que punto derrote esas trampas, pero cuando di por terminado el artículo, me encontraba muy satisfecho con mi trabajo. 

El doctor Miguel Zárraga, jefe del servicio
de Medicina Interna.
Foto: Sergio López.
Atrás quedan seis meses de trabajo, cientos de horas de formación, metros de cable tirados, más de un centenar de ordenadores (entre nuevos y modernizados)... Es parte del esfuerzo realizado desde el pasado mes de diciembre en el Hospital San Agustín (HSA) para la actualización de su sistema de gestión informática, el Selene, puesto en marcha a principios de junio en todo el centro.
El programa Selene, propiedad de Siemens, es la tecnología que lidera en España la gestión clínica en hospitales. Llegó al HSA en 2009 dentro de un proceso de modernización de la gestión. Sin embargo, en ese momento, algunos aspectos quedaron fuera, como la prescripción de fármacos y tratamientos. «En ese momento, se pensó que ya era demasiado complejo poner en marcha todo el programa, así que se optó por dejar la prescripción al margen», explica el doctor Miguel Zárraga, jefe del servicio de Medicina Interna y que, desde finales de mayo, inició la nueva forma de trabajar después de una experiencia piloto en la unidad de Psiquiatría.
La actualización del Selene no se ha limitado al desarrollo de nuevas funcionalidades. Previamente, se evaluó toda la red para resolver los problemas de lentitud que generaban frecuentes quejas entre los profesionales.
Así, se amplió la capacidad de los diferentes servidores operativos y la propia red de comunicación con el resto del Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA). Hasta este año, el Hospital San Agustín y la Fundación Hospital Avilés compartían la misma conexión. Ahora, han pasado a ser independientes, lo que aporta más rapidez en la entrada y salida de la información desde el Hospital San Agustín.
En todo el hospital
La nueva versión ha incrementado el número de departamentos completamente informatizados. Así, la prescripción electrónica, incluyendo los cuidados de Enfermería, ha llegado a las unidades de hospitalización, en un proceso que se culminará este mes de junio, el hospital de día médico y el bloque quirúrgico.
La integración de diferentes herramientas informáticas también permitirá la puesta en marcha de la gestión electrónica de la dispensación de dosis unitaria. También se ha completado la informatización del quirófano, además del área de Hemodiálisis y el Hospital de Día Quirúrgico.
Desde la gerencia del San Agustín también se destaca la buena respuesta de la plantilla a todo el proceso de informatización y la actualización del Selene. «Puede haber alguna persona más reticente, pero en general la respuesta es buena», asegura el doctor Tejada.
Por su parte, el doctor Zárraga comenta como «los más jóvenes y los residentes no tienen ningún problema. En el resto del servicio, la media de edad ronda los 52 años y no ha habido grandes dificultades. Incluso la gente mayor se adaptó muy bien».
Sin embargo, todo este proceso, ¿cómo repercute en los usuarios? «La nueva versión del Selene nos aporta muchas ventajas que se notarán de forma progresiva», explica Fernando Tejada, gerente del Hospital San Agustín, «de entrada, una mayor seguridad en la actividad clínica, con todos los datos de los pacientes recogidos en unos mismos formatos y accesibles para los profesionales».
Además, al convertir en realidad la historia clínica electrónica, se reducirá la repetición de pruebas analíticas. Al acceder a toda la información sobre el paciente, los profesionales dispondrán de los análisis más recientes. Si estos siguen teniendo validez, no será necesario repetirlo. Y, en caso de volver a realizarlos, podrá comprobar la evolución de los diferentes elementos.
El trabajo de Enfermería también se reforzará con la nueva herramienta. Tejada subraya que se podrán organizar planes sistemáticos de cuidados de los pacientes. Además, la prescripción electrónica de los cuidados permitirá que tanto el personal de Enfermería y Auxiliares puedan dedicar más tiempo al cuidado de los pacientes.
Los profesionales también coinciden al destacar las ventajas de la nueva herramienta. «Es evidente que es el camino. En diez años, no habrá ningún hospital donde se escriba a mano», explica de forma gráfica el jefe del servicio de Medicina Interna, el doctor Miguel Zárraga.
Más allá de ese marco teórico, el facultativo encuentra ventajas para su día a día. «Nos facilita el acceso a toda la información del paciente. En Medicina Interna son frecuentes los casos complejos y poder llegar a ver toda la historia en la pantalla, incluso pruebas de otros hospitales de Asturias mejorará nuestra práctica clínica», comenta. Si bien, en este punto, espera que el SESPA asegure la comunicación de toda la red regional con el Hospital Universitario Central de Asturias, donde no se ha implantado el programa Selene.
Otro elemento positivo que ve el internista es el establecimiento de unos mismos criterios en las historias clínicas, que permitirán que todos los médicos trabajen de una forma similar.
El doctor Zárraga también destaca otra ventaja en la aplicación de los protocolos. «Da mayor agilidad. El sistema también nos permite crear favoritos, con lo que se ganará rapidez a medio plazo», comenta.
«Mayor lentitud»
Sin embargo, en el debe de la actualización se encuentra una «mayor lentitud» asegura Zárraga. «Desde luego, que prescribir a mano siempre es mucho más rápido», comenta el médico, «ahora estamos empezando y nos lleva más tiempo porque nos estamos acostumbrando a trabajar con el sistema, es algo temporal. En las guardias se nota más, porque hay menos médicos y estamos con más carga de trabajo».
«Aunque se ha hecho un esfuerzo para adaptar el programa a nuestras necesidades, los profesionales también tenemos que adaptarnos. Y eso lleva un tiempo porque necesitamos a acostumbrarnos a este sistema de trabajo», explica.
Miguel Zárraga también apunta otro elemento en este proceso. «Existen problemas en la organización del San Agustín que afloran con todo este proceso y que se deben resolver. No es un problema del Selene, sino cosas que debemos mejorar», concluye.


Artículo publicado en La Voz de Avilés el 5 de junio de 2012.