martes, 10 de julio de 2012

Problemas con el sueño

Una sencilla investigación de un equipo de médicas de Atención Primaria de Avilés y Corvera ha puesto algo de luz a una realidad que, aunque intuida, no se tiene concretada: existe un problema con el insomnio que afecta a la calidad de vida de las personas. Motivo suficiente para dedicarle un reportaje.

Ana García del Campo, a la izquierda,
y Ana María López.
Foto: Sergio López


La comarca tiene un problema con el sueño. Y es que, aunque no aparece en las estadísticas oficiales, cada vez es mayor el número de personas que aseguran no descansar bien, con las consiguientes secuelas para la vida profesional y personal.
«Entre el personal sanitario existe una sensación de que existe un problema con el sueño. Todos conocemos algún caso de personas con insomnio y dificultades para dormir. Así que decidimos acercarnos a esta realidad y tratar de conocer su alcance». Estas palabras de Juan Rubio, técnico de Salud Pública en la Gerencia de Atención Primaria, explican la génesis de la investigación realizada por las residentes de último año de Medicina de Familia y Comunitaria sobre la situación del sueño en las zonas básicas de salud de Corvera y La Magdalena.
El resultado desvela que el 33,5% de la población estudiada sufre problemas de insomnio, si bien el 56% asegura no haber acudido nunca a su médico de familia para consultar sobre ello.
«Aunque los datos no se pueden extrapolar a toda la comarca, los indicios apuntan a que una parte importante de la población tiene problemas para dormir», comenta Juan Rubio, que advierte de las dificultades de extraer conclusiones de ámbito comarcal de esta investigación.
«Las respuestas recogidas sesgan el resultado hacia La Magdalena, aunque parece que no influyeron en los datos finales. Además, la muestra final es más representativa de mujeres que de los hombres», señala.
Para Juan Rubio, uno de los aspectos más importantes de los resultados de esta investigación es que «si cuando empezó teníamos la intuición de que existía un problema sobre el sueño, ahora, existen unos indicios de que verdaderamente hay un problema».
Una vez propuesto por Juan Rubio, la investigación corrió a cargo de seis residentes adscritas a los Centros de Salud Las Vegas y La Magdalena, convirtiéndose en el estudio científico que deben hacer al concluir su especialización. Firman el estudio Ana García del Campo, Rosaura Ozoria, Nicaury Encarnación; Fiorella Pacheco, Verónica Rodríguez y Ana María López.
En él realizaron 348 entrevistas telefónicas, con un margen de error del 5%. «Más que dormir o no dormir, lo importante es descansar y saber cómo la falta de sueño afecta a la vida cotidiana. Por eso se realizaba un cuestionario, ya que la frontera entre sufrir insomnio y no depende de cada persona», comentan las autoras.
Los datos recogidos indican que la media de edad de las personas con insomnio es de 54 años, mientras que los no insomnes tienen 48 años. A partir de los 45 años, es mayor la población de mujeres que de hombres con problemas para dormir.
La investigación también les ha permitido comprobar que, aunque el 33,5% de la población sufre insomnio, la patología apenas se aborda en las consultas. «En el 56% de los casos de insomnio no aparece ninguna referencia en su historia clínica; sólo el 32% recogen alguna referencia en las consultas y un 15% de la población insomne tiene ya ese diagnóstico», comentan las autoras. Aunque a la hora de interpretar estos datos hay que tener en cuenta que se basan en respuestas de los pacientes.
Es decir, ellos aseguran no haber consultado, es una respuesta basada en su recuerdo. Más allá de ese debate, la respuesta muestra que el problema del insomnio se calla ante los profesionales de la salud.
Lucha contra el insomnio
Pero ello no quiere decir que las personas que lo sufren no luchen contra él. Así, las respuestas recogidas desvelaron que la mitad de los insomnes toman medicamentos para dormir, con lo que se trata de un colectivo con una gran tendencia hacia la automedicación.
A la hora de adquirir productos, los más habitual es que recurran a sustancias naturales, compradas en herbolarios, opción escogida por el 21% de este colectivo. Además, un 13% aplica medidas higiénicas, como leer para quedarse dormidos o hacer ejercicio unas horas antes de acostarse. Es decir, establecer estratégicas naturales para que el cuerpo se fatigue y pueda descansar.
«Los Médicos de Familia se encuentran perfectamente capacitados para abordar los casos de insomnio; las personas deberían comentar esa situación si la tienen con frecuencia. En el Hospital San Agustín y el Hospital Universitario Central existen unidades del sueño, pero son para abordar problemas de apneas y los casos más graves», comentaron Ana García del Campo y Ana María López.
Otro dato que llamó la atención de las autoras del estudio fue que el 5,6% de la población sin problemas de insomnio toma algún tipo de medicamento por su cuenta para dormir. Según explicaron, se trata de personas que han tenido algún episodio puntual sin dormir y que deciden actuar para evitar que se repita.
El estudio también les permitió establecer una relación de los insomnes con otras enfermedades. Así, en el 49% de los casos se asociaba con una patología psiquiátrica, siendo las más frecuentes la ansiedad y la depresión. «Lo que no sabemos es si la patología psiquiátrica es previa al insomnio o consecuencia de él», matizan.
Relación con enfermedades
Además, también se valoraron otro tipo de enfermedades como diabetes, dislipemias o enfermedades relacionadas con el metabolismo de los lípidos y dolor crónico sin encontrar ninguna relación.
Tampoco se encontró una vinculación directa entre el tabaco o con otros aspectos como el número de accidentes sufridos durante el día. «El tamaño de la muestra nos limitó y evitó que llegásemos a datos sobre esta relación. En algunos estudios se afirma que las personas que viven solas registran una mayor tendencia al insomnio, pero fue un dato que aquí tampoco se constató», apuntaron las investigadoras. Así, el estado civil no influye en la facilidad o no para conciliar el sueño.
También se percibió un menor porcentaje de personas con insomnio entre los colectivos que pasaban más tiempo fuera del hogar (trabajadores en activo y estudiantes) que entre los grupos que permanecían más tiempo en su domicilio, como es el caso de las amas de casa, parados y jubilados.
La investigación sólo refleja los datos recogidos, no se establece ninguna comparación con otras investigaciones. Las doctoras explican que «en la bibliografía que consultamos existe poco consenso sobre lo que es el insomnio. Se utilizan diferentes encuestas para medirlo. Además, es difícil encontrar referencias para poder comparar».
Calidad del sueño
Y es que en el campo del sueño resulta complejo establecer definiciones cerradas. «Lo importante es la calidad del sueño, que el descanso permita recuperar fuerzas para la siguiente jornada. Existen consensos como que, con los años, se duerme menos, pero lo importante es que el sueño permita descansar y recuperar energías para el día», comentan.
Entre las múltiples dificultades aparece la variedad de causas del insomnio y que pueden provocar unas soluciones diferentes según el caso. «En una persona mayor, si la frecuencia urinaria es un problema, debería limitar el consumo de líquidos durante la tarde», comentan como una medida para un tipo de caso concreto.
Ana García del Campo y Ana María López concluyen que, ante las dificultades para dormir, una serie de hábitos de higiene pueden permitir un correcto descanso.
«Si una persona duerme bien, no debe preocuparse por ellos, aunque, por norma general, la cama sólo debe utilizarse para dormir y el sexo», apuntan Ana García del Campo y Ana María López.


Artículo publicado en  La Voz de Avilés el 20 de mayo de 2012

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