jueves, 31 de mayo de 2012

Oh, es la dieta

De forma periódica escribo sobre nutrición, dietas. Cambia el solista, pero la música es siempre la misma. Si los periodistas de salud (acepto que el termino me queda un poco grande) podemos contribuir a la educación sanitaria de la población (y también la nuestra), no debemos tener miedo en regresar una y otra vez a los mismos temas para luchar contra la ignorancia. 
Por la izquierda, los doctores Gonzalo
Rey y José Antonio Álvarez Diz
Foto: SERGIO LÓPEZ

Eliminar 'michelines' y lograr un cuerpo escultural antes del verano motivan a muchas personas a iniciar dietas supuestamente milagrosas en la primavera. Un tema que se encuentra siempre de actualidad y que fue abordado por los doctores Gonzalo Rey, intensivista y responsable de la Unidad de Nutrición , y el endocrinólogo José Antonio Álvarez Diz en una sesión clínica. Ambos afrontaron los principales mitos y dudas sobre las dietas con los datos aportados por las evidencias científicas.
El punto de partida fue acotar campo de trabajo. «Si una persona se pone a dieta, debe estar sana. Cualquier enfermo no puede empezar una dieta sin vigilancia profesional. Y la obesidad se considera una enfermedad», explica el doctor Gonzalo Rey. Además, se excluyen a ancianos, niños, adolescentes y mujeres embarazadas, grupos con características nutricionales específicas.
En el caso de necesitar adelgazar por un problema de salud, José Antonio Álvarez Diz aconseja acudir en primer lugar al Centro de Salud. «La Atención Primaria asume el papel de prevención y tanto los médicos de familia como las enfermeras cuentan con la preparación necesaria para aconsejar una dieta. Y ellos decidirán si es necesario acudir a otro especialista, como los endocrinólogos».
A partir de ese punto, surge el dilema: ¿un cambio de hábitos para mantener una alimentación equilibrada o iniciar una dieta desequilibrada, con la supresión de elementos como pueden ser los hidratos de carbono? Propuestas conocidas como las dietas del melocotón o la alcachofa no se contemplan. «Ni tienen la consideración de dietas», asevera Diz.
El doctor Rey explica que las dietas desequilibradas «son seguras y permiten bajar peso más rápidamente, pero no se pueden mantener en el tiempo de forma indefinida. Si, por ejemplo, una persona restringe los hidratos de carbono puede tener un mayor cansancio».
Por su parte, el doctor Diz considera que un cambio en los hábitos de alimentación «es mucho más saludable para la persona, aunque los resultados se ven de una forma más lenta». El endocrinólogo avilesino subraya que los estudios detectan «un riesgo para la salud en las oscilaciones en el peso y los rebotes; eso sí es peligroso». Por eso aconseja un cambio en los hábitos alimenticios. «Es más lento, pero más seguro», concluye.
Pero más que en una dieta concreta, ambos especialistas consideran que lo fundamental es una forma de vida saludable, donde uno de los grandes enemigos para la salud es el sedentarismo.
«El ejercicio físico es muy saludable. Ejercicios como la natación o salir a caminar, pero también subir por las escaleras y no en ascensor. Aunque de nada sirve caminar una hora si al terminar te comes una bolsa de patatas fritas con más calorías que las que has quemado», explica el doctor Rey.
En ese conjunto, existe un consenso al coincidir que la dieta saludable no se puede acotar. «En muchos casos, los pacientes nos exigen un menú cerrado y no es así. Dietas como la mediterránea, la japonesa y la Dash demuestran que se puede comer sano de forma muy diferente», apunta José Antonio Álvarez Diz.
Aunque hay unas características para una dieta sana: limitar el consumo de sal; que sea rica en vegetales y fruta, hasta el 50% de la dieta; tratar que el 50% de los cereales que se consuman sean integrales o utilizar aceites saludables de origen vegetal como oliva, maíz, girasol o soja. El pescado también tiene su espacio al igual que las carnes de ave y se aconseja no abusar de las carnes rojas.

Artículo publicado en La Voz de Avilés el 23 de abril de 2012.

jueves, 24 de mayo de 2012

Dos uves: vacuna y varicela

Es curioso como pueden surgir los artículos. Hace unos meses fui a comprar la vacuna de la varicela para Costillina. En la farmacia, me comentaron el repunte que había en la comarca de Avilés. Fue buscar el dato y lograr una doble página. Aunque publiqué datos de la incidencia, lo que me parece más interesante de rescatar para Doctor Bacterio es la entrevista con el doctor José Ignacio Candás, presidente de la Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria.


José Ignacio Candás.
Photo: Sergio López
Pediatra en el Centro de Salud de Sabugo y presidente de la Sociedad Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria, el doctor José Ignacio Candás considera que las familias deben cumplir con el calendario vacunal ante las ventajas que representan para la salud del menor y de la propia sociedad.
-¿Cómo vive el actual brote de varicela en la comarca?
-La verdad es que hace años que no existía un brote tan intenso como el que estamos viendo. Pero la situación no es alarmante.
-¿Es necesario adelantar la vacunación de la varicela?
-Es una cuestión que actualmente se encuentra en debate. Mi criterio es que se debe vacunar antes de los diez años, si el menor no ha enfermado de varicela, cumpliendo el calendario oficial. Otros pediatras consideran que se debe poner la vacuna entre los 15 y los 18 meses. Pero lo que se debe es vacunar.
-¿Por qué?
-Los mayores avances en la salud pública se deben a la potabilización de las aguas, el alcantarillado y, posteriormente, las vacunas. Desaparecieron las grandes epidemias. Pero enfermedades como el sarampión, difteria, tosferina, tétanos o polio siguen existiendo. No han desaparecido y existe un riesgo al no vacunarse. Y más aún en una época como la nuestra, donde son frecuentes los viajes a países donde sí existen esas enfermedades.
-¿Ha encontrado reticencias de algunas familias para vacunar a su hijos?
-No, que yo sepa en Asturias no se han producido casos de objetores de vacunas. Son más frecuentes en el Sur de España. El criterio de la Sociedad Española de Pediatría es la vacunación sistemática de toda la población, al menos con el calendario oficial. Hablamos de enfermedades muy graves, aunque apenas se produzcan casos.
-¿Es segura la vacuna para los niños a partir del año y medio?
-Como todas las vacunas. Puede producir algún bulto en la zona de la inyección. El laboratorio advierte de la posibilidad de una varicela atenuada, pero es muy difícil de diagnosticar y yo nunca he visto ningún caso.
-Entonces, ¿por qué existe ese dilema sobre la necesidad de adelantar la vacunación o no?
-Es un debate sobre salud comunitaria, no sobre los efectos en las personas. El virus de la varicela es el causante del Herpes Zóster. Algunos investigadores consideran que si se adelanta la vacunación a esas edades tan tempranas, posteriormente se produzca el Hérpes Zóster en las edades adultas. Aunque en Estados Unidos llevan tiempo haciéndolo y no se ha producido ningún problema. Otra cuestión es que la vacunación artificial obliga a revacunar. La vacunación a edades tempranas es relativamente reciente y no tenemos suficientes datos. Optar por la vacuna de la varicela antes de los diez años es una opción respetable. Las familias que optan por ella no deben tener ningún miedo.
-¿Cual es la posición oficial sobre esta vacuna?
-El calendario oficial del Ministerio es la vacunación antes de los diez años en los niños que no hayan pasado la enfermedad. Si ya han tenido la varicela, se encuentran inmunizados de forma natural para toda la vida. La Asociación Española de Pediatría aconseja poner la primera dosis entre los 15 y los 18 meses y la segunda entre los dos y los tres años. Imagino que cuando se logre un calendario único se adelantará la vacunación de la varicela.

Artículo publicado en La Voz de Avilés el 20 de abril de 2012


lunes, 30 de abril de 2012

La sencillez de la investigación

En mi trabajo periodístico, me suelo preocupar por la investigación aplicada que se realiza en mi entorno. Una de las características singulares de un hospital comarcal como el San Agustín de Avilés es el tiempo que sus profesionales dedican a esas tareas y que se traduce en mejoras para sus pacientes, como es el caso de la siguiente información.

Freno a las hernias

Es uno de los problemas más frecuentes en las personas con colostomías, conocidas popularmente como las 'bolsas' para recoger las heces. Y es que al menos la mitad de esos pacientes sufren una hernia, lo que les obliga a regresar al quirófano en una operación de gran complejidad.
«La prevención de las hernias paraestomacales es uno de los retos actuales en la cirugía de pared abdominal», explica el doctor José Ignacio Jorge, jefe del servicio de Cirugía. Profesionales de todo el mundo buscan la forma de evitarla. Y el Hospital San Agustín se encuentra entre los centros pioneros en encontrar una respuesta para estos enfermos.
Así quedó demostrado en el Congreso Mundial de Pared Abdominal recientemente celebrado en Nueva York con la participación de dos profesionales del hospital avilesina. En el simposium, presentaron el estudio que analiza la evolución de las colostomías realizadas en Avilés durante los dos últimos años. De 19 pacientes estudiados, ninguno había desarrollado una hernia, cuando la estadística señala que debería ser, al menos, el 50%.
Los resultados presentados recibieron el elogio de los médicos presentes en el congreso estadounidense.
Este éxito se logra gracias a la colocación de mallas intraperitoniales durante la cirugía para la colostomía. «Aplicamos la técnica de Sugarbaker para evitar las complicaciones. Si no estoy equivocado, somos uno de los centros pioneros en España y en Asturias en hacerlo», comenta el doctor Jorge. El jefe de los cirujanos explica que esta solución comenzó a desarrollarse gracias a dos avances técnicos.
«Por una parte, las mallas que ponemos cada vez son de una mejor calidad, biocompatibles, lo que reduce los rechazos. Por otra parte, se solucionó el problema de la fijación, ya que utilizamos unos trackers absorbibles. Los sistemas anteriores no eran seguros para el paciente», asevera el cirujano.
La colostomía terminal se aplica en casos de enfermedades inflamatorias y en cáncer colorrectal. La media en Avilés es de unas 15 intervenciones de este tipo al año, aunque la cifra va en aumento. «Esta solución se generalizará en todos los pacientes, tanto por las ventajas para él como por el ahorro que supone para el sistema», comenta el doctor Jorge. El servicio seguirá estudiando la evolución de los pacientes para aportar nuevas evidencias sobre esta técnica.
Cuando se producía la hernia, la única opción era regresar al quirófano. En esa operación, se debía realizar otra colostomía al paciente, además de colocar la malla contra la hernia. La actividad investigadora del servicio de Cirugía del Hospital San Agustín tiene una nueva cita en el Congreso Nacional de Coloproctología con un video sobre el tratamiento de prolapsos rectales con malla mediante cirugía laparoscópica.

[Artículo publicado en La Voz de Avilés el 14 de abril de 2012]

sábado, 24 de marzo de 2012

El banco de la esperanza

En la actualidad, el trabajo en redes es fundamental para la investigación biomédica. Desde un centro comarcal, como el Hospital San Agustín de Avilés, se puede colaborar desde el servicio de Anatomía Patológica. A ello le dediqué un reportaje.

El doctor Julio Velasco muestrael frigorífico que conserva los tejidos.Foto: Sergio López

En su imagen exterior es un frigorífico similar a otros equipos que se pueden encontrar en el laboratorio de Anatomía Patológica. Aunque, en realidad, se trata de algo muy diferente: el banco de tejidos, o biobanco, del Hospital San Agustín, destinado a albergar muestras biológicas, fundamentalmente tumores, que puedan servir en el futuro para la investigación.
Creado en abril de 2005, en la actualidad custodia casi 400 muestras y se encuentra en red con el resto de los hospitales asturianos. En este año, el biobanco avilesino afronta su adaptación al nuevo marco legal que permitirá impulsar su actividad.
«Cuando se creó el biobanco era suficiente con el consentimiento informado que se realiza para la intervención quirúrgica», explica el doctor Julio Velasco, jefe del servicio de Anatomía Patológica del Hospital San Agustín, «pero la legislación se modificó y ahora se necesita un consentimiento específico para esta donación». Aunque el límite legal es el próximo mes de diciembre, el doctor Velasco confía en que en junio se pueda ya adaptar plenamente a la normativa que no modificará un sistema de trabajo que busca preservar el anonimato de los donantes y conservar los tejidos en un perfecto estado para su estudio posterior.
«Trabajamos en red con el Instituto Universitario Oncológico del Principado de Asturias (IUOPA) y eso es muy importante porque podemos acceder a sus muestras, con lo que mejora nuestra capacidad de investigación», añade el doctor Velasco.
El patólogo recuerda que esta información también puede aplicarse a los futuros pacientes, toda vez que existe una tendencia a abordar los diferentes tumores de forma individualizada y los datos previos pueden resultar de una gran ayuda.
En el funcionamiento del banco de tejidos avilesino, Lucía Fernández Juárez, técnica especialista en laboratorio, se encarga de su día a día. Adscrita al IUOPA, trabaja en Avilés de martes a viernes, encargándose de la conservación de las muestras, su ordenación y recuperación.
No todos sirven
No todos los tejidos que llegan para ser analizados en el laboratorio de Anatomía Patológica se pueden conservan. «La prioridad es el diagnóstico del paciente», explica Lucía Fernández, «el patólogo hace el análisis y utiliza todo el tejido que necesita. En ocasiones, lo que queda no es suficiente para conservarse. La prioridad es lograr el diagnóstico».
Cuando el tejido es de las dimensiones necesarios (generalmente unos pocos centímetros) el trabajo de la técnica pasa por colocarlo en líquido conservante e introducirlo en isopentano antes de meterlo en el congelador. La conservación en frío permite que la pieza conserve intactos su ADN y ARN.
La temperatura de la nevera es de 80 grados bajo cero, pero las características del isopentano provocan que las muestras alcancen los 160 grados. «Es una congelación automática, sin ser brusca. Permite que el tejido se conserve perfectamente», asevera Lucía Fernández.
El congelador cuenta con diferentes mecanismos de seguridad. Además de existir un equipo de reserva, tiene una alarma propia y otra en el servicio de mantenimiento. Sólo puede abrirse si se encuentra en una temperatura adecuada y durante un corto espacio de tiempo.
Pero, además de la conservación, la tarea de Lucía Fernández es la catalogación de las diferentes piezas para permitir su posterior recuperación. «Codificamos las muestras. A cada una le asigna un número y se introduce en la base de datos junto con las características fisiológicas: edad, tipo, diagnóstico. Así se garantiza el anonimato del donante. El investigador que estudie ese tejido sabrá qué es, pero no la identidad de la persona», resume la técnica.
Fernández también se encarga de atender las peticiones recibidas y organizar los traslados de los tejidos. «Los traslados son más abundantes en el HUCA que en Avilés. Cuando es en el propio central, se transportan en una nevera», señala, «cuando es fuera del centro, entre hielo o nieve carbónica».
El biobanco del San Agustín presenta, sobre todo, muestras de tumores de mama y de colon, las cirugías de cáncer que más se realizan en la comarca. «Es muy curioso, porque el protocolo que aplican en el HUCA provoca que sea muy difícil tener muestras de tejidos de colon y recto, mientras que aquí tenemos muchas más», concluye el doctor Julio Velasco.

Artículo publicado en La Voz de Avilés el 19 de marzo de 2012.

sábado, 17 de marzo de 2012

La Unidad de Tabaquismo del HSA logra que el 40% de sus pacientes deje de fumar


Cada vez las personas que quieren superar la adicción al tabaco cuentan con más recursos desde la sanidad pública. Con esta información presenté un equipo que trabaja en el Hospital San Agustín de Avilés. En su primer año, ha logrado resultados muy positivos.
Fue un trabajo muy interesante, que, además, se completó con sendas entrevistas a Paloma Fernández y a Lidia Laucirica explicando su experiencia.



El neumólogo Manuel Muñiz y la enfermera Concepción Rodríguez
en la unidad. :: Foto: SERGIO LÓPEZ
 
Dejar de fumar es posible, aunque para ello la persona necesite una ayuda como la que le ofrece la Unidad de Tabaquismo en la Unidad de Gestión Clínica de Neumología en el Hospital San Agustín. Desde su apertura ya ha atendido a 170 personas. Y en el primer año, ha logrado un porcentaje de éxito del 40%, entendiendo por tal el número de fumadores que han permanecido sin consumir a los seis meses de haber terminado el tratamiento.
El neumólogo Manuel Muñiz y la enfermera Concepción Rodríguez se encuentran al frente de esta unidad creada el 9 de septiembre de 2010. «En Neumología siempre existió una gran sensibilidad hacia el tabaquismo», explica el doctor Muñiz al comentar el origen de este equipo. «En 2009, la Consejería de Sanidad elaboró un plan estratégico contra el tabaco donde se nos invitaba a crear este tipo de unidades y entonces dijimos que sí».
La unidad del San Agustín no es el único equipo del Área Sanitaria III para ayudar a abandonar el tabaco. Atención Primaria cuenta con su propia oferta en diferentes centros de salud, aunque existe una diferencia fundamental entre ambas propuestas. Así, en el San Agustín se ofrece un tratamiento individualizado, buscando adaptarse a las características de cada persona. Frente a esto, en Atención Primaria la base del trabajo es la terapia de grupo para ayudar a alcanzar el objetivo de dejar de fumar.
«El acceso a la unidad es derivado por médicos de Atención Primaria, de Neumología o de otros servicios del Hospital. También la Unidad de Tabaquismo de Primaria nos remite algún paciente», explica el doctor Muñiz, que señala que en las conversaciones iniciales se les comenta la existencia de sus homólogos en Primaria. «Igual hay personas que prefieren el apoyo de un grupo antes que estar en solitario», comenta. De igual manera, reciben a pacientes enviados directamente desde el equipo de Primaria y por idénticas razones.
La Unidad de Tabaquismo se orienta a pacientes con dificultades especiales para dejar de fumar, incluso con varios intentos fallidos. También apoya a las personas con enfermedades graves asociadas al tabaquismo y personal del Hospital San Agustín.
Este año se quiere, además, reforzar la atención a las mujeres embarazadas que fuman y se pretende impulsar una iniciativa con Psiquiatría para que sus pacientes abandonen el tabaco. «Es un colectivo con un gran consumo», recuerda Concepción Rodríguez.
 
Diferentes abordajes
La actividad de la unidad se centraliza en un día a la semana, en concreto los miércoles por la tarde, ya que tanto Muñiz como Rodríguez deben atender la actividad normal de Neumología. Cada tarde realizan entre 11 y 13 consultas. De ellas, tres son primeras visitas a la Unidad de Tabaquismo y el resto revisiones. «Es un número pequeño, pero esta es una consulta que lleva mucho tiempo. En la primera visita, lo normal es estar entre 40 y 45 minutos con cada paciente. Las revisiones duran 15 minutos, pero el tiempo es variable; en ocasiones un paciente necesita más tiempo y hay que dedicárselo», comenta el doctor Muñiz.
El sistema de trabajo repite el mismo patrón. En la primera visita se realiza una completa exploración de la persona. Además de conocer su estado físico, se busca descubrir los niveles de dependencia psicológicos y a la nicotina de cada fumador. También se trata de descubrir su motivación para abandonar el tabaco, el que para muchos es un amigo al que resulta difícil renunciar.
«La motivación es fundamental. En ocasiones, el paciente ya llega con ella muy clara. En otros casos, se le anima a buscarla durante la entrevista, apelando, por ejemplo al estado de su salud y la mejoría que significará dejar de fumar», comentan Muñiz y Rodríguez.
Conocer el historial médico de la persona también es fundamental, ya que durante esta terapia se le ofrecerá la posibilidad de utilizar tratamiento farmacológico para superar la adicción a la nicotina. «Salvo que descubramos una contraindicación médica, siempre ofrecemos a los pacientes la posibilidad de usar fármacos. Las posibilidades de éxito se duplican», explica Manuel Muñiz.
La barrera de que es el fumador quien debe asumir el coste de estos medicamentos se derriba al aplicar la calculadora. «Los fármacos se utilizan unos tres meses de media y, en los tratamientos más caros, hablamos de un coste que oscila entre los 200 y los 300 euros. Lo mínimo es que los fumadores que vienen aquí consuma una cajetilla diaria, que ronda los 4 euros, es decir, unos 360 euros, con lo que se trata de pasar el dinero del tabaco al medicamento y, aún así, ahorrará».
En este año y medio de actividad, la inmensa mayoría de los pacientes optan por la medicación.
 
Ayuda psicológica
Vencida la adicción física a la nicotina, el mayor esfuerzo del equipo se orienta para derrotar la dependencia psicológica que se traduce en muchos componentes: gestos, hábitos como el cigarro después de comer o en determinados momentos de la vida se presentan como trampas mortales.
«Siempre les explicamos que dejar de fumar es difícil, pero no imposible y que pueden lograrlo. Además de tener las motivaciones, les ofrecemos herramientas para vencer esos momentos de dificultad, les enseñamos pautas para afrontarlos», comenta Concepción Rodríguez.
Así, desde aprender a respirar y coger aire para superar los momentos de ansiedad, a comer fruta para vencer esa sensación de hambre que relatan muchas personas mientras dejan el tabaco... Hacer ejercicio físico, recuperar aficiones, buscar otros gestos que provoquen el olvido de los juegos con los cigarrillos...
«Existen muchos trucos y cada persona encuentra los que mejor le van. Ahora tenemos una gran aliada con la actual legislación. Cuando se permitía fumar en los bares era una dificultad añadida para la persona que trataba de dejarlo; también reforzó la conciencia sobre los efectos dañinos del tabaco», reflexiona Muñiz.
Tras la primera consulta, el paciente regresará para el seguimiento, del que se encargan ambos. «El ritmo se fija según su necesidad; nosotros estamos para ayudarle a dejar el tabaco, hay personas que necesitan regresar a la semana y otras pueden estar dos semanas», comenta el equipo. Lo que no se modifica es la tendencia a ir espaciando el tiempo entre visitas. A los seis meses, se debe terminar el programa. Aunque tampoco es una frontera fija. «Todo va en función de la persona», concluyen.


Artículo publicado en La Voz de Avilés el 16 de febrero de 2012. En la página hay acceso a otras dos piezas vinculadas.

domingo, 26 de febrero de 2012

La revolución de oftalmología



El doctor Juan Barbón durante una exploración a
un paciente en el servicio de Oftalmología del San Agustín
 .
Foto: Sergio López

De forma silenciosa, los servicios de Oftalmología españoles han vivido en poco más de dos décadas una revolución que se ha traducido en tratamientos más eficaces y menos agresivos para sus enfermos; unas herramientas de exploración nunca conocidas y la posibilidad de curar enfermedades que hasta hace poco condenaban a la ceguera a la persona. «Es algo que ha sucedido en todos los hospitales, pasamos de ser una de las 'marías' a uno de los servicios con más actividad», describe la doctora María Victoria Abelairas Gómez, jefa del servicio de Oftalmología en el Hospital San Agustín de Avilés.
Así, el pasado año superó las 30.000 consultas, con un incremento de 3.000 sobre el ejercicio previo. Además, en 2011 realizó más de 1.400 intervenciones quirúrgicas, una cifra comparable a Traumatología, uno de los departamentos que cuenta con más peso en la actividad quirúrgica del centro.
Detrás de este aumento de la actividad, existe una razón demográfica, como es el envejecimiento de la población, que implica una mayor demanda de atención oftalmológica.
«En realidad, un servicio de Oftalmología atiende a todas las edades. Se ven niños de dos años con problemas de ojo vago para corregirlo o de estrabismo y personas mayores con cataratas o enfermedades de la retina», explica la doctora Abelairas.
La cruz de esta situación se traduce en un aumento de las listas de espera. El San Agustín cuenta con un equipo de 11 oftalmólogos que, junto con 3 enfermeras y cinco auxiliares tratan de reducir al máximo la demora para ser atendida en la primera consulta de Oftalmología, que ronda los sesenta días.
«Muchas de las enfermedades que tratamos se asocian a la edad; una vez que llega el paciente, tendremos que atenderle en el futuro, hacer revisiones. Esto provoca que aumente la carga de trabajo de forma exponencial», explica la doctora Abelairas.
La jefa del servicio cita el ejemplo de la degeneración macular de la retina asociada a la edad o la diabetes, patologías que obligan a un seguimiento del paciente durante toda su vida. A ello se unen los episodios de conjuntivitis adenovíricas que, cuando llegan en forma de epidemia, disparan la presión sobre la agenda de trabajo.
Los datos de la actividad de los oftamólogos avilesinos son reveladores. De las 30.000 consultas del pasado año, cerca de 11.000 fueron primeras visitas frente a las 19.000 sucesivas.
Las consultas de Oftalmología también cuentan con una particularidad. Todas se realizan bajo el sistema de 'alta resolución', es decir, en la primera visita se la hacen las pruebas necesarias para que al paciente reciba el diagnóstico. Esto obliga que la estancia en el hospital sea larga. Es normal que sea necesario aplicar dilataciones y realizar exploraciones para completar el diagnóstico.
«En los últimos años, el desarrollo de diferentes técnicas diagnósticas nos permiten tener una información muy precisa sobre el ojo», explica la doctora Abelairas. Es el caso del OCT o escáner de retina adquirido hace unos tres años con una inversión de 90.000 euros y que facilita a los oftalmólogos una imagen muy precisa de la retina. O el retinógrafo-angiógrafo, cuyas imágenes del fondo del ojo facilitan el seguimiento de las patologías vasculares, explica la jefa del servicio.
Además recuerda que en las consultas se aprovecha para hacer prevención y es frecuente que se tome la tensión ocular para detectar de forma precoz enfermedades como puede ser el glaucoma.
También cirugía
Pero es que, además del trabajo en las consultas externas, el equipo de oftalmólogos atiende una intensa actividad quirúrgica. Durante el pasado año, se superaron las 1.400 operaciones. «El 99% de nuestras operaciones son por cirugía mayor ambulatoria en el hospital de día quirúrgico», explica María Victoria Abelairas.
Desde la intervenciones de cataratas, a glaucomas, párpados, desprendimientos de retinas... La cartera de servicios del centro incluye 18 procesos diferentes, algunos muy novedosos como el tratamiento de la degeneración macular húmeda, donde nuevos medicamentos aplicados mediante inyecciones intravítreas frenan un proceso que hasta hace unos seis años conducía a la ceguera. «Como mínimo se aplican 3 inyecciones en cirugía ambulatoria y después se hace un seguimiento constante de la persona durante el resto de su vida», explica la jefa del servicio.
La presión asistencial no impide que los oftalmólogos avilesinos dediquen tiempo a la investigación. «Somos el servicio de Asturias que más publica y con una mayor presencia en congresos y reuniones científicas», destaca la doctora Abelairas.


Artículo publicado en La Voz de Avilés el 22 de febrero de 2012

miércoles, 8 de febrero de 2012

Investigando sobre las hernias


El Hospital San Agustín (HSA) de Avilés impulsa un proyecto pionero para evitar las hernias en los pacientes de colostomías, las intervenciones en las que se colocan una bolsa a los pacientes para la recogida de sus heces. El servicio de Cirugía impulsa esta iniciativa que busca reducir las hernias que se producen en este tipo de pacientes.
«En la mitad de los pacientes con una colostomía terminal se desarrolla una hernia como principal complicación», explica el doctor José Ignacio Jorge, jefe del servicio de Cirugía del centro sanitario de referencia en la comarca.
En estos casos, la hernia provoca múltiples complicaciones, tanto médicas como para los pacientes. «Genera mucha ansiedad y numerosos problemas para la vida cotidiana, además de complicaciones médicas», comenta el cirujano avilesino.
El proyecto consiste en colocar una malla intraperitonial en los pacientes. Es la misma malla que se aplica en la operación de las hernias y donde el centro sanitario avilesino ha logrado un altísimo porcentaje de éxito.
La única diferencia es que ahora la malla se coloca al tiempo que se realiza la colostomía, reforzando la pared intestinal para prevenir la hernia.
«Si no estoy equivocado, somos el primer hospital de Asturias que ha decidido aplicar la malla de forma preventiva», comenta el doctor Jorge. La medida ya se aplica en las colostomías en el HSA.
El siguiente paso es comprobar la eficacia de la malla durante el seguimiento que se hace a estos pacientes. Si el porcentaje de hernias se reduce de una manera significativa, se demostrará la validez de la iniciativa.

Artículo publicado en La Voz de Avilés, 6 de febrero de 2012