sábado, 24 de agosto de 2019

El reto de envejecer

A escasos kilómetros de Avilés, a las orillas de un pantano construido para asegurar el suministro de agua a la entonces conocida como Ensidesa, en la actualidad, ArcelorMittal, se encuentra la residencia de La Granda. Sede de la empresa siderúrgica pero también de unos cursos que verano tras verano se repiten con un reducido grupo de disciplinas. 
Entre ellas no falta la biomedicina y, en los último años, la gerontología que, en una región tan envejecida como Asturias genera un lógico interés.
De ahí que se aprovechase la oportunidad para conversar con el doctor Leocadio Rodríguez sobre el envejecimiento y, sobre todo, el envejecimiento saludable. 

El doctor Leocadio Rodríguez. Foto: Omar Antuña.


El envejecimiento es inevitable, pero se puede vivir de una manera saludable. La manera de abordarlo fue el tema central de la conferencia que ayer ofreció el doctor Leocadio Rodríguez Maña (Jaén, 1960) , jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Getafe y director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Fragilidad y Envejecimiento Saludable del Instituto de Salud Carlos III.
-¿Cuál es la clave para envejecer?
-Saber envejecer bien. Eso supone envejecer libre de discapacidad. Envejecer sin enfermedad es muy difícil, pero envejecer sin discapacidad es muy probable si hacemos unas pocas cositas.
-¿De qué se trata?
-Lo primero un estilo de vida activo física y mentalmente. Lo segundo es evitar un sedentarismo. No es lo mismo sedentarismo que vida activa. Hay personas que pueden andar dos o tres horas diarias, pero luego llegan a casa y están sentadas todo el día. Lo que hemos ganado andando lo perdemos sentados seis horas delante del ordenador o la televisión. Lo tercero es prestar atención a enfermedades crónicas o prevenirlas: diabetes, hipertensión arterial, cardiopatías, obesidad. Y evitar actividades tóxicas como el tabaco.
-¿Tan mala es la televisión?
-Muchos estudios demuestran que cuanto más horas de televisión se ven, peor salud se tiene.
-¿Le quitamos la tele a los mayores?
-No. Se trata de no pasar cuatro horas delante de la televisión. Se trata de limitar esas actividades y cambiarlas por otras. No hay que hacer ejercicio exhaustivo, sino evitar estar parado. Basta con salir a ver escaparates.
-¿Cuánto ejercicio se debe hacer?
-Una o dos horas diarias de un ejercicio vigoroso o moderado. Los estudios indican que el ejercicio vago no es efectivo.
-Vago, vigoroso... ¿Cómo lo podemos explicar?
-El ejercicio vago es ese paseo lento, viendo escaparates. Tengo un amigo que dice que el paseo saludable es al ritmo al que vamos a una reunión con el jefe y llegamos tarde.
-También hay actividades saludables, como leer, pero es sedentaria.
-Leer es magnífico. Pero uno puede comprar una mesa alta y luego una cinta de andar y puede andar a velocidades pequeñas. He visto a compañeros en Estados Unidos que lo hacen.
-Las relaciones personales también son saludables.
-Todas las actividades de sociabilización son importantes. Hemos hecho estudio de intervención basados en ejercicios físicos. Era muy curioso porque las personas que acudían se picaban entre ellos y querían hacer más. Y luego las personas que acudían formaron grupos y quedaban entre ellos para hacer actividades. Han organizado sesiones de teatro. Todo eso partió de ellos. Eso abre una serie de puertas enormes que evitan que uno se quede en su casa sentado, mirando a las musarañas.
-¿El sexo entre los mayores también es beneficioso?
-El ser humano es un ser sexual. Y alguien ha dicho que el sexo no está en los órganos genitales sino en la cabeza. Los ancianos tienen su actividad sexual. Existen unas limitaciones fisiológicas, como la sequedad vaginal en la mujer, pero se puede corregir. Y, además, no toda la sexualidad se centra en el coito. Hay una serie de actividades sexuales muy gratificantes que practican las personas mayores.
-Sin embargo ha sido un tabú.
-Sí, se han hecho gracietas y chistes. Pero las personas mayores no son asexuadas. A todos nos cuesta pensar en nuestros padres haciendo sexo pero es algo cierto como en los mayores. Es un tabú social.
-En ocasiones, los hijos deben vivir lejos de los padres. ¿Es importante que mantengan el trato?
-Muy importante. Es una de las cosas que más agradecen. Cuando son mayores o tienen algún tipo de dependencia agradecen mucho el apoyo de la familia: saber que pueden contar con el hijo, con la nieta. Y más la actual generación de mayores donde la familia es un pilar básico.
-Decía que no había que tener hábitos tóxicos, pero una pipa, una copa a la semana...
-(Risas) Suelo decir que hay que ser moderado hasta en la moderación. La persona que lleva bebiendo su vaso de vino en la comida, que siga haciéndolo. El problema del tabaco es que es muy difícil quedarse en la unidad. Y es un factor de riesgo para la discapacidad en cualquier edad. Por no hablar del factor económico en una generación con una pensión media de mil euros.
-¿Y la alimentación?
-Debe ser variada y equilibrada. Ningún alimento es malo. Hay que tener en cuenta dos factores: el sabor y la masticabilidad. El gusto cambia según envejecen y le ponen sal a todo, porque pierden ese sabor, y son muy golosones porque el dulce es el sabor que más mantienen.
-¿Y el masticar?
-No es infrecuente que se pierdan piezas dentales. Debe ser una dieta fácil de masticar y que no dejen de comer fruta o carne.

Entrevista publicada en La Voz de Avilés-El Comercio el 24 de agosto de 2019. 

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