viernes, 22 de junio de 2018

La enfermedad mental como enfermedad común

Los periodistas avilesinos tenemos una cita cada mes de junio: el congreso sobre el Tratamiento Asertivo Comunitario. Este año suma su edición número quince. La ventaja de haber cubierto unas cuentas, no todas, es que adquieres cierta soltura en el manejo de algunos términos. Aunque en cada entrevista aprendes, como sucedió ayer al ver la extensión de la enfermedad mental.


La enfermedad mental no es minoritaria, ni lejana. Al menos uno de cada cuatro españoles sufrirá a lo largo de su vida un trastorno mental, según aseguró ayer Eulalio Valmisa, psiquiatra y director de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental en el Hospital Universitario de Puerto Real, Cádiz. Los números reales, sin embargo, pueden ser mucho mayores, ya que «las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud es que a lo largo de la vida el 40% de la población sufrirá un trastorno mental», comentó el psicólogo Jaime Fernández Fernández, avilesino de nacimiento aunque su actividad profesional lo ha trasladado a Gran Canaria, donde en la actual ejerce como psicólogo clínico en el Servicio Canario de Salud, integrando uno de los equipos de coordinación de atención comunitaria.
Ambos participaron ayer en la mesa redonda sobre la situación de la rehabilitación en España en la que se analizó la extensión del tratamiento asertivo comunitario en todo el país. Con ella se abrían ayer en el salón de actos del Hospital Universitario San Agustín de Avilés los debates del décimo quinto simposio nacional sobre el Tratamiento Asertivo Comunitario, un sistema de atención a los enfermos mentales graves que tiene en el denominado «modelo Avilés» un sistema de referencia según los criterios del Ministerio de Sanidad. La mesa redonda de ayer puso de manifiesto la «desigualdad territorial» en la extensión de los equipos de tratamiento asertivo comunitario (ETAC).
«No sólo existe una distribución desigual, también en cada comunidad autónoma. En Canarias, las siete islas tenemos modelos diferentes de ETAC. A veces pecamos de cierto adanismo por no preocuparnos de copiar lo que funciona», apuntó Jaime Fernández.
Fernández apreció la existencia de dos barreras en la extensión de los ETAC. «Por una parte, es necesario formar a los profesionales. Muchos psicólogos se mantienen en el antiguo rol de pasar consulta y no aceptan la dinámica de ETAC de acudir al entorno del paciente. Es necesario formar a la gente joven en este sistema y en sus características», apunta.
Otro freno importante aparece en las gerencias de los sistemas de salud. «A veces no lo conocen, no saben lo que es el ETAC y es necesario explicarles su características para poner en marcha un equipo en marcha», comentó Fernández. Y eso que la práctica demuestra sus ventajas, tanto para los pacientes como para las familias, según lo confirman todos los estudios que se vienen haciendo desde los años setenta del pasado siglo.

«La semilla de Avilés crece»

Con todo, el panorama es positivo. «La semilla de Avilés crece. Las perspectivas son buenas», asevera Jaime Fernández. Así, citó la importancia de los nuevos grupos que se conocieron ayer en el simposio, como es el caso de Cataluña, donde sigue extendiéndose más allá de las primeras experiencias. También en Canarias, donde las islas pequeñas, como Lanzarote y Fuerteventura, también comienzan a tener sus equipos propios. «Las perspectivas son buenas. Llegará un momento en el que los ETAC se generalicen», afirmó el psicólogo.
En su opinión, existen una importante barrera cultural. «Todos los cambios cuestan y la gente siempre es reacia a cambiar. El ETAC implica un cambio en el modelo asistencial, modificar costumbres, hábitos. Existen grupos de presión interesados en mantener una dinámica y no siempre resulta sencillo. Además, existe la interferencia de la política. Poner en marcha un grupo te puede llevar entre uno y dos años y siempre existe la posibilidad de la interferencia por las decisiones políticas», concluyó Jaime Fernández.
Artículo publicado en La Voz de Avilés-El Comercio

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